domingo, 16 de octubre de 2022

Próxima Centauri



Huxley desactivó el reactor de su rifle de plasma y procedió a guardar el mismo en el estuche de su cintura. Se limitó a observar el escenario que él y sus compañeros de tropa habían creado en ese planeta: techos en llamas, caminos ensangrentados y gritos de centauris. Los gritos de esa especie no duraron mucho, ya que las llamas se encargaron de acallar sus lamentos.

—Nuestro trabajo ha terminado —dijo el capitán y clavó la bandera de la Tierra entre unas piedras—. Declaro a Próxima b conquistada.

—Recordarán este evento como el día uno de la conquista galáctica. Los humanos no nos detendremos hasta hacernos con cada uno de los planetas habitables de la Vía Láctea —. Todos los soldados, incluyendo Huxley, celebraron con aplausos y vitoreo.

—Soldados, embarquen de inmediato y calibren su navegador hacia la Estrella de Barnard. La conquista recién comienza —ordenó el capitán.

Los soldados no tardaron en subir a sus naves y en obedecer la orden de su capitán, en cada tablero y pantalla resaltaron las coordenadas a aquella enana roja. Todas las naves despegaron del suelo y se elevaron al vacío del éter; todas las naves, menos una.

Huxley dijo una maldición y volvió a girar la llave que encendía el reactor nuclear. No se escuchó ningún ruido ni se vio ningún movimiento ascendente. Bajó a comprobar. No necesitó ver el reactor por segunda vez para entender que se había dañado y había quedado inutilizable.

Volvió a la cabina y envió un mensaje a su tropa, seguramente ya estaban varios años luz de allí, y tardarían un tiempo en volver. Era una lástima, había estado emocionado por visitar la constelación de Ofiuco y ver de cerca a esa especie reptiliana antes de que sea forzosamente extinguida al igual que los centauris.

—Ah, no podrá ser —se lamentó—. Navegador, reproduce los Bee Gees —Huxley le ordenó a su navegador para pasar el tiempo hasta que vinieran por él. Sus compañeros de armas siempre se habían burlado de él por tener un gusto tan obsoleto en música, pero Huxley prefería la voz humana a la de la Inteligencia Artificial.

Huxley salió de la cabina, sus pies pisaron tierra, pero no pudieron quedarse quietos, la música disco era contagiosa, por lo que, antes de darse cuenta, ya los estaba moviendo, y su cabeza se abanicaba al compás del ritmo.

How deep is your love, how deep is your love?

I really mean to learn

Huxley detuvo sus pasos y colocó su mano sobre la funda de su rifle al descubrir que era observado. Era un centauri femenino, sus ojos lo miraban fijamente.

Al parecer, había sobrevivido uno.

El soldado estuvo a un segundo de retirar el arma de su funda para efectuar el disparo letal, pero se detuvo cuando la centauri comenzó a mover su cabeza y sus pies imitando sus movimientos anteriores.

La escena, por alguna extraña razón, llamó su atención. Alejó los dedos de su arma, y se quedó allí, inmóvil, viendo qué bien la extraterrestre sabía imitar su baile.

La música seguía sonando, y el cuerpo de Huxley conocía bien cada nota de esa melodía, tanto que era natural para él reanudar el baile de manera inconsciente. Cuando quiso acordarse, Huxley estaba moviendo la cabeza al ritmo de los Bee Gees junto a su enemigo.

'Cause we're living in a world of fools

Breaking us down

When they all should let us be

La centauri caminó hasta él y le tomó de ambas manos, invitándolo a que le enseñara más pasos. Huxley no pudo negarse, y mientras la hacía girar por debajo de su brazo se preguntó por qué diablos estaba bailando con ella y por qué, a pesar de saber que estaba mal, no podía dejar de hacerlo.

Cuando llegó el clímax de la canción dejó de preocuparse por eso, y con una sonrisa sincera, disfrutó de aquella inusual compañera de baile. Ella no era muy distinta a él; pues, de manera irónica, la física del universo se las había arreglado para que todas las civilizaciones fueran semejantes entre sí.

—¿Cómo te llamas? —le preguntó cada vez más curioso por ella.

La centauri le respondió, pero en su idioma. Apenas pudo rescatar de sus palabras su nombre. Le supo hermoso al repetirlo en sus labios. Su compañera lo sorprendió besando esos mismos labios que habían pronunciado su nombre. Huxley la alejó impresionado. Ella era su enemiga, y él había participado en el exterminio de su raza. La última centauri se había enamorado de su verdugo.

La música paró de repente y en el cielo se dibujó la estela de varias naves. Huxley sintió verdadero terror, un miedo que ni siquiera había sentido durante las batallas.

—Vete, tienes que esconderte —la centauri no pareció dispuesta a alejarse de él, pero Huxley no se rindió y la obligó a esconderse entre los restos de una antigua madriguera.

—Soldado Huxley, disculpe la demora. Pero no podíamos posponer la batalla.

—Se entiende, capitán. La causa siempre será la prioridad —Huxley saludó a su superior.

El mecánico se encargó de arreglar el reactor en unos minutos, minutos que fueron una eternidad para Huxley, deseando que a ningún soldado se le ocurriera comprobar el interior de las madrigueras.

Un cuarto de hora después, Huxley se elevaba por el cielo de Próxima b, sin poder despegar los ojos de aquella aldea destruida.

—Navegador, ¿cuándo es mi próximo día libre?

—En quince días solares.

Huxley dejó Próxima Centauri detrás preguntándose si sería correcto volver.



GLOSARIO:

Próxima Centauri: Es una de las tres estrellas que conforman Alfa Centauri, un sistema estelar. Es la estrella más cercana al Sol.

Próxima b: es un exoplaneta que orbita dentro de la zona habitable de la estrella enana roja Próxima Centauri.

Estrella de Barnard: es la segunda estrella más cercana al Sol, ubicada en la constelación de Ofiuco.

Vía Láctea: Es la galaxia en donde está ubicado nuestro sistema solar.

La canción que escucha Huxley es Bee Gees - How Deep Is Your Love.


Y sí, decidí nombrar al protagonista como uno de mis autores de ciencia ficción favoritos: Aldous Huxley.
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Este relato participa del CONCURSO DE RELATOS XXXIII ED. EL GRAN GATSBY DE FRANCIS SCOTT FITZGERALD