“Es
un apoyo para atravesar el duelo de una pérdida. Nada más que eso”. Esas fueron
las palabras de mi terapeuta.
La
empresa pidió fotos, videos, audios y chats. Cuanto más material entregara, más
fidedigna sería la copia.
No
tuve que esperar mucho. Una semana después, el repartidor tocó a mi puerta y
heme aquí, frente a una caja de un metro veinte.
Suspiré.
No tenía mucha fe, pero de igual manera corté la cinta y retiré la tapa. Abrí
los ojos al ver la copia exacta de Lyra, mi hija.
Antes
de encenderla, leí el folleto. En el mismo, se dejaba muy claro que el
tratamiento duraba tres meses. Además, se indicaba que era indispensable no
llamar al robot como al donante de datos original.
“Se
recomienda usar un epíteto como «[donante], el robot» o «copia de [donante]»,
etc.”
Lyra,
la copia.
Era crudo, pero así son los tratamientos. Nadie dijo que sería fácil.
Seguí
las instrucciones y, unos minutos después, sus ojos se encendieron. Mi corazón
se estremeció al verla sonreír. Su curva era idéntica, pero me ganó por
completo cuando escuché un “mami” dicho con la voz de Lyra.
Esos
tres meses fueron hermosos, al punto de olvidar que era una copia. Cuando dejé
de llamarla “la copia” o “el robot”, ya era demasiado tarde.
El
día fatídico llegó. La luz artificial de sus ojos se apagó para no volver a
brillar. Se cumplieron los tres meses y la inteligencia artificial se desactivó
sola. No hubo manera de repararla, ni siquiera de forma clandestina, pues
llevaba un dispositivo que quemaba todos los circuitos de manera irrecuperable.
Lloré
desconsoladamente, incluso peor que antes.
Es
la segunda vez que te pierdo, Lyra.
***
Este
relato participa de MICRORRETOS: CONSTELACIONES
La
constelación que elegí es Lyra.
Según
la mitología griega, la constelación Lyra representa la lira de Orfeo,
aunque en algunas versiones también se la asocia con Apolo, dios de la
música y la luz.
La
historia más conocida es la de Orfeo y Eurídice:
- Orfeo, hijo
de Apolo, tocaba la lira con tanta belleza que podía calmar tempestades y
conmover a dioses y mortales.
- Cuando su
amada Eurídice murió, Orfeo descendió al inframundo decidido
a traerla de regreso.
- Con su
música, logró ablandar el corazón de Hades y Perséfone, quienes
accedieron a devolverle a Eurídice, con una condición: no debía mirar
atrás hasta que ambos salieran a la luz del sol.
- Sin embargo,
Orfeo, dominado por la duda y el amor, miró atrás un instante antes de
salir... y la perdió para siempre.
Tras
su muerte, Zeus colocó su lira en el cielo como constelación para honrar
su arte y su dolor eterno.
En
mi microcuento…
La
protagonista también intenta traer de regreso a su ser amado (su hija),
no del inframundo, sino a través de la tecnología —una forma moderna de “bajar
al Hades”.
Y, al igual que Orfeo, termina perdiéndola por segunda vez, de modo
inevitable.
Es una solucion para ricos. As{i , aunque sea cara, te puedes hacer otra, pero no deja de parecer una solucion enfermiza. si eta en edad le saldria mas a cuenta otra, que siempre ser{a otra pero no necesariamente peor.
ResponderEliminarEs una muy buena idea.
abrazoo