Soy el terror de la Sabana. Cuando yo llego al lugar, todos
los animales comienzan a correr despavoridos y a gritar llenos de un inefable
miedo que les llega hasta la médula. “¡Auxilio!”, “¡Socorro!”, “El león está
cazando, ¡corran!”, esas son las frases que generalmente llenan el valle ámbar
cuando mi presencia arriba desde el escaso dosel arbóreo.
Y, como en mis anteriores asesinatos, tuve éxito. Una
pequeña gacela, posiblemente con unas pocas horas de nacida, fue lo
suficientemente torpe como para correr en la dirección equivocada. Con un
zarpazo la mandé a la tierra y su cuello se quebró fácilmente entre mis fauces.
Quitarle la vida, sentir su último aliento en mi boca, escuchar el ruido de sus
pequeños huesos quebrarse y la sangre fresca en mi lengua no me espantó, estaba
suficientemente acostumbrado.
Arrastré a mi presa manchando de carmín la maleza que quedaba
detrás. El canto de despedida fue el llanto de la madre de mi víctima y de los
miembros de su manada. Llantos y maldiciones siempre eran lo que seguía a mi
partida.
Caminé y solté la pequeña gacela enfrente de un montón de
ramas viejas y secas. Del interior del improvisado nido, salió un cachorro. Su
madre y sus hermanos habían muerto por el ataque de unos vagabundos que intentaron
hurtar mi hogar. Siempre lamenté llegar tarde de aquel patrullaje. Luego de
ahuyentar a los leones nómadas, este pequeño salió de su escondite para
demostrarme que esos asesinos no me habían quitado todo.
...
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¡Hola, Cynthia! Muchas gracias por participar en el microrreto. Has aportado una perspectiva muy original!! En este caso, es el punto de vista del cazador como villano (desde luego, para las presas lo es). Pero incluso el mayor de los cazadores es sorprendido por la ley de la selva... Muy buen relato.
ResponderEliminarUn abrazo :)
Gracias, M. A. Álvarez por tu comentario.
EliminarUn saludo.
La naturaleza en general puede parecernos en muchas ocasiones malvada y perversa! Un abrazo!
ResponderEliminarGracias por leer. 😊
EliminarUn gran relato. Efectivamente hay villanos hasta en la naturaleza (dependiendo el cristal con que se mire). Cada villano tiene un por qué y en tu cuento lo has demostrado perfectamente, saludos.
ResponderEliminarEs exactamente como dices.
EliminarGracias, Ana, por leer y comentar.
Un saludo.
Estupendo, Cynthia. La posición de víctima o villano depende a veces de la perspectiva y tú has plasmado eso muy bien.
ResponderEliminarExactamente, el león, desde la perspectiva de las gacelas, "era el villano de una historia mal contada".
EliminarGracias por leer y comentar.
Un saludo.
La vida salvaje tiene esa alternancia de actos duros y crueles contra la presa, seguidos de la ternura hacia los de su propia especie. Es la ley de la selva, y lo has descrito de un modo tan realista que se me ha encogido el corazón, je, je.
ResponderEliminarUn abrazo.
Gracias, Josep, por tu comentario. Un saludo.
Eliminarufff. aqui sale malvado sobre malvado. cuando creiamos que el leon protagonista era el villano, resulta que solo es un eslabon mas de la cadena. lo que pasa en la naturaleza, con la diferencia que el elon suele estar arriba del todo. bueno debajo del hombre , si se le quiere contar.
ResponderEliminarabrazoo, cynthia
Muchas gracias por comentar, Gabiliante.
EliminarUn saludo.
Hola Cynthia, con tu relato casi podríamos pensar que el león no es realmente el rey de la selva, pues ante el rifle del cazador es menos fiero. Villano que vamos descubriendo según leemos. Genial. Abrazos
ResponderEliminarHola, Nuria. Muchas gracias por tu lectura y comentario.
EliminarUn abrazo.
Espléndido Cynthia, veo en el león a cualquier "malvado" que ti los instintos o impulsos protectores hacia los suyos. Trata de proteger al que le queda después de los rifles cazadores. Esos rifles son indiferentes y/o malvados hacia otras especies, y dentro de la propia, hacia otros pueblos, religiones etc, pero aún así seguramente mantiene cierta sensibilidad hacia los propios. Lo tremendo es que el hombre actúe con mucha menos conciencia de lo que deberíamos esperar del "rey de la creación". Abrazo
ResponderEliminarLos que mataron a la leona y los cachorros fueron otros leones que no tenían manada.
EliminarVeo, por los comentarios, que se generó una confusión en esa parte de la historia. 🤔. Pero siempre digo que un relato tiene infinitas interpretaciones, sin importar lo que el autor haya querido expresar, así que esa opción también es válida.
Muchas gracias por tu lectura y comentario.
Un abrazo.
Quise decir: que tiene los instintos...
ResponderEliminarA veces no hay más remedio que ser cruel para sobrevivir. Lo malo es la crueldad sin motivo.
ResponderEliminarUn abrazo.
Muy cierto lo que dices, y lo comparto al 100%.
EliminarGracias por dejar tu comentario.
Un saludo.
La naturaleza no para de recordarnos que el concepto de bien y mal es algo exclusivamente humano, en un entorno salvaje es el ciclo de la vida lo único que tiene sentido para todos los participantes del mismo. Desde que formamos parte de la cúspide de la pirámide alimenticia, da la impresión de que intentamos imponer nuestras reglas morales a la vida salvaje. Muy buen relato, Vanjav, sugerente, además de invitar a la reflexión. Me ha gustado.
ResponderEliminarUn abrazo.
Disculpame Cynthia, con la caraja te he cambiado el nombre, mil disculpas por el desliz.
EliminarMuy cierto lo que dices, la maldad es uno de los defectos innatos de la consciencia humana.
EliminarJa, ja, no hay problema con ese desliz, suele pasar.
Muchas gracias por comentar.
Un abrazo.
Este comentario ha sido eliminado por el autor.
ResponderEliminarUna fiera salvaje no creo que goce con la muerte de sus víctimas cuando lo único que pretende es alimentarse. Si por demás es para favorecer a otro ser desvalido, sus crías, no creo que de malvada tenga nada.
ResponderEliminarHabría que saber leer el pensamiento de la madre de la victima. Eso sí.
Un abrazo.
Es muy cierto lo que dices.
EliminarGracias por leer.
Un saludo.
Creo que en la naturaleza el villano es el hombre, que disfrutar de matar animales como "deporte", pero los animales los hacen por instinto de supervivencia.
ResponderEliminarEl relato muy bien contado, saludos. PATRICIA F.
Opino lo mismo, Patri.
EliminarGracias por dejar tu comentario.
Un abrazo.
El cazador cazado, podríamos decir. Un villano que tampoco se libra de recibir lo mismo de un villano aún más poderoso.
ResponderEliminarBien contado. Un abrazo.
Gracias, MJ, por tu comentario.
EliminarUn saludo.
Bonita historia cargada de dureza y al mismo tiempo sensibilidad por ese cachorro que consigue sobrevivir en ese mundo tan complicado que es la selva.
ResponderEliminarUn abrazo Cynthia
Puri
Ciertamente hay un contraste entre lo cruel y lo tierno.
EliminarGracias, Puri, por leer y comentar.
Un saludo.
Solo de verlo me da miedo. Me gusto tu blog me quedo por aquí. Saludos desde Miami.
ResponderEliminarBienvenido al blog, me alegro que te hayan gustado mis escritos. Espero verte seguido por acá.
EliminarUn saludo.
Hola Cynthia. El cazador cazado, o algo por el estilo. Conviertes al villano en antihéroe, causa de su propia desgracia, y justifica sus actos, aunque son también crudos.
ResponderEliminarMuy buena propuesta, compañera.
Un abrazo!
Podría calificarse al león como un antihéroe desde esa perspectiva.
EliminarGracias por leer y comentar.
Un abrazo.
Hola, Cynthia:
ResponderEliminarMe parece muy hábil la manera que reflejas el horror en lo cotidiano, el terror en la Naturaleza y la naturaleza del terror.
Gran relato, compañera.
Un abrazo, Cynthia.
Otro punto de vista es siempre novedoso e interesante. Me gusta.
ResponderEliminarHola Cynthia nunca se sabe lo que la sabana esconde. Excelente relato un saludo.
ResponderEliminarHola Cynthia, un relato muy original y verdadero , tanto como la vida misma es la ley de la selva.
ResponderEliminarBesos de flor.
¡Hola, Cynthia! Me ha encantado. Te sirves de la fábula para mostrarnos la cruda realidad de lo volátil que es nuestra concepción de lo moral, de esas cosas tan humanas como el bien y el mal. La naturaleza no conoce de eso, aunque en esta época en la que extendemos lo humano a cualquier cosa, la realidad está muy por encima de ese mandato puramente social. La ley de la selva tiene como único principio la supervivencia y este indica que la muerte de un animal es el alimento de otro. Fantástico aporte. Un abrazo!
ResponderEliminar¡Hola, Cynthia! El asesinato de la gacela con tanto detalle en un micro, estremece. Oyes los ruidos al quebarse los huesos, sientes el calor de la sangre al salir a borbotones... El giro final, pone un broche que sorprende al lector. Otros malvados lo superan.
ResponderEliminarUn abrazo.
¡Hola, Cynthia! ¡Qué interesante punto de vista convirtiendo al cazador en villano! Has logrado que el relato sea la viva imagen de la vida en la selva. ¡Me ha gustado mucho! Un abrazo desde la Buhardilla de Tristán.
ResponderEliminarHola Cinthya. En este caso nos muestras a un villano que es a su vez villano y víctima, según el punto de vista desde el que se mire. En realidad el león no hace más que alimentar a su vástago, pero para las gacelas es el malo. Un abrazo.
ResponderEliminarHola, Cynthia. Tu villano tiene su razón de ser así. Un hogar arrasado, una criatura que mantener y una venganza que cumplir pero... ¿Los familiares de la gacela muerta se convertirán en "villanos" de un nuevo relato?
ResponderEliminarFelicidades.
Hola, Cynthia. Teniendo en cuenta que en la naturaleza supongo que no hay asesinos, esto puede ser una buena metáfora que ilustra la vida salvaje de los seres humanos. Me ha gustado cómo quien parece una cosa es otra. Un abrazo.
ResponderEliminarHola, Cynthia. El cazador cazado. Al final , todos pagan un precio bajo la ley de la selva. Un enfoque diferente y original al reto.
ResponderEliminarUn abrazo.
Hola, Cynnthia, al final el villano no era tan villano, depende del punto de vista, la naturaleza tiene esas cosas. Buen relato. Un abrazo.
ResponderEliminarHola Cynthia, tu historia es esa leyenda que deja ese mensaje final: ¿Quién es en realidad el asesino? No conozco animales que maten sin un sentido de supervivencia. La mente del asesino lo mismo piensa igual "que más da uno/una menos" pero sus fines son diferentes. Ya te cuento, una historia moralizante. Un abrazo
ResponderEliminarHola. Definitivamente, a veces, para seguir el camino del villano solo hace falta encontrarse en la situación correcta... En este caso, el termino villano se diluye en el contexto del mero antagonista. Excelente relato.. ¡Saludos!
ResponderEliminar¡Hola Cynthia! Un micro que recuerda que siempre hay alguien por encima en el eslabón de la cadena alimenticia. Cuando creía que presentabas al león como villano ante los ojos de las gacelas, nos presentas al ser humano como villano ante el león que ha perdido a toda su familia, a excepción del pequeño leoncillo que ha sobrevivido. Muy original tu aportación al microrreto. Un saludo.
ResponderEliminarMuy bueno, como un documental, pero con la fuerza y fiereza de las palabras.
ResponderEliminarUn abrazo
Hay personajes antagonistas, aunque no necesariamente villanos, porque es parte de un orden. La ley de la selva. O tal vez debería decirse, la ley de la sabana, que es el territorio de los leones.
ResponderEliminarY los antagonistas tienen antagonistas.
Muy bien contado.
Besos.
La ley de la naturaleza, cada individuo lucha por sobrevivir. Bien plasmado en el relato, Cynthia.
ResponderEliminarMaravilloso relato, que bonito y original.Me ha gustado muchísimo.
ResponderEliminarUn abrazo Cynthia.
Hola, Cynthia. La ley de la selva puede parecer cruel, pero matar únicamente para comer es mucho más coherente que hacerlo por placer o pseudo deporte; al menos, para mí.
ResponderEliminarSaludos
Hola, Cynthia.
ResponderEliminarParecía que el León se convertía en el villano del cuento, pero solo intentaba alimentar a su familia. Como siempre, los villanos visten dos patas y son más temibles y asoladores que cualquier bestia de la selva.
Felicidades por el relato. Enhorabuena.
Un Abrazo.
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