De artilugios sólidos, que pesan, que quedan,
no pasan al éter.
Feliz de aquel que cultiva con la mente,
y pasan la muerte.
Pan de sabiduría, engorda al espíritu,
única riqueza.
Oro, plata, mármoles y piel añeja,
pesan, todo queda.
Cuando la deuda vitalicia me reclame,
me iré liviana,
de cuerpo vacío, pero de alma colmada,
me iré sabia.
Es un buen plan.
ResponderEliminarHasta que llega ese momento, se vive mejor.
Besos
Gracias por leer y comentar la poesía.
EliminarUn abrazo
Gracias a un grupo Simpsons di con este blog y este poema. Bella manera de versar los bienes trascendente, que si uno se pone a pensar, a su manera, por fortuna también son intrascendentes.
ResponderEliminarUn gusto leerte. Saludos!
Uno no se lleva nada de esta vida, asi que no tiene mucho sentido cultivar bienes materiales, o por lo menos yo lo veo así.
EliminarQue bueno que hayas podido dar con mi blog. Y que te haya gustado lo que escribo.
Un Saludo!!