La luz
de la luna entró por la ventana posándose como un alma sobre su frágil piel de
porcelana. La muñeca absorbió la luz y sus ojos de vidrio se iluminaron con
vida. Estaba despierta. Dio un largo bostezo desperezándose de su largo sueño,
se sacudió el polvo de su pulposo vestido floreado y dando pequeños pasos con
sus delicados piececitos fue saliendo de la repisa que la exponía.
Se sentía cansada, sin energía.
No faltó más de algunas vueltas de la llave de su pecho para recobrar la
voluntad que parecía perdida. Luego de que ella misma se diera cuerda, caminó
hasta el final del estante encontrándose con la repisa del pirata. La bailarina
lo saludó con entusiasmo, agitando su pequeña mano vidriosa. El brioso pirata
de regios rasgos alzó su pecho solemnemente y le devolvió el saludo regalándole
una pequeña, pero atractiva sonrisa. La bailarina de porcelana se alejó del
pirata con una enorme sonrisa en sus labios carmesí.
Con cuidado bajó de la
estantería, la cual exponía los muñecos de una extraña colección de porcelana.
Había un faraón con brillosas alhajas doradas, un guerrero griego con metálicas
grebas y un yelmo de rojas crines, una hermosa mujer que vestía un amplio
vestido turquesa y cubría su cabeza con un paraguas del mismo color, un pirata
que posaba fieramente mostrando su amplió sombrero emplumado y por su puesto
estaba ella, la bailarina.
La bailarina piso el suelo de la
habitación, giró su cabeza hacía todas direcciones asegurándose que no hubieran
moros en la costa. Con desmedido entusiasmo, luego de comprobar que el camino
era seguro, se encaminó hacia la ventana por donde entraba la luz de la luna
llena. Una luna misteriosa. Una luna mágica.
Trepó hasta el ancho marco de
madera, y apoyando sus palmas sobre el vidrio de la ventana miró hacía el
misterioso jardín exterior. Había dos lunas, una sobre el cielo, la otra sobre
el agua de la piscina.
Los flamencos de rosados cuerpos
se acercaron a la ventana caminando con sus patas de alambre. Apoyaron sus
picos sobre la ventana intentando hablar con la bailarina, pero no se
escuchaban a través del vidrio, solo podían mirarse y devolverse gestos
amistosos. La bailarina lamentó que esta vez no hayan olvidado la ventana
abierta como una de las noches anteriores, donde había sido capaz de saltar al
jardín y pasear por alrededor de las masetas de flores sentada sobre el lomo de
un flamenco. Había sido una aventura inolvidable.
Las horas pasaron y ella no se
había dado cuenta que la noche se estaba yendo junto con la luna. Febo se
asomaba pasiblemente asomando su incinero rostro sobre el horizonte.
La bailarina se precipitó a salir
de la ventana. Debía volver a su repisa de inmediato. En medio de su arrojo por
volver, sus torpes pies tropezaron entre ellos y cayó desde el marco de la
ventana golpeando fuertemente contra el suelo.
La muñeca intentó levantarse,
pero no pudo. Su pie derecho, que fue el primero en tocar el suelo, se había
hecho añicos. Alrededor de ella se esparcían decenas de fragmentos de
porcelana. Con sus manos intentó arrastrarse, pero fue en vano, la luz del sol
se caló por la ventana y la inundó, robándose así la vida que la luna le había
dado. Sus ojos perdieron el brillo ante ganados.
Al cabo de un par de horas una
joven ingresa a la habitación y encuentra a la bailarina de porcelana sobre el
suelo con su pie destrozado. La tomó con delicadeza, juntando pieza por pieza
de su pierna rota.
La joven gritó enojada:
― ¡Matías!― Un niño de no más de
ocho años respondió al llamado entrando en la habitación muy confundido ―
¡¿Cuántas veces te he dicho que no juegues con mis muñecas?!― Refunfuñó
frenéticamente ― No son para jugar, son de colección.
El niño la miró asustado, su
hermana estaba verdaderamente enfadada:
― Yo no las he tocado― Intentó
aguantar el llanto que amenazaba con salir― ¡No estoy mintiendo!
¡Je, je, je, je! Pobre niño, lo van a retar de algo que no ha hecho. Ji, ji, ji. Parece salido de Toy Story, cuando los juguetes cobran vida cuando no hay humanos viéndolos.
ResponderEliminarEl final me parecía que iba a ser dramático, pero me sorprendiste con lo del niño. Ji, ji, ji, ji. Aún me causa gracia.
Un lindo cuento y has escogido una imagen... peculiar para adornarlo. Je, je, je. Que tengas un gran fin de semana. ¡Saludos!
Gracias Nahuel por tu comentario.
EliminarMi idea era darle un final drámatico, pero se me ocurrió de repente agregarle lo del niño..jaja, así que lo deje.
Gracias por leer. Como siempre. Un abrazo!!
Es cierto, parece de Toy Story. Pobre el hermano menor que fue acusado.
ResponderEliminarMuchas gracias por leer y comentar.
EliminarCierto, tiene algunas similitudes con toy story, solo que estos son adornos y los otros eran juguetes.
Un saludo. :)
Hola, te he nominado al premio liebster:
ResponderEliminarhttp://elviajedeloslibrosinfinitos.blogspot.com.es/2015/05/liebster-awards-blogs.html
Muchas gracias Am por tu nominación. Un abrazo.
Eliminar