Desde un palco
elevado,
ella lo espera,
ella lo anhela.
La vergüenza la embarga,
más la preocupación es peor,
se muere esperando solo su amor.
Como puede el tiempo acallar,
los latidos de su corazón,
nunca se cansara de esperar,
nunca se cansara de amar.
La luna,
su única amiga,
la observa desde lejos,
regalándole sonrisas de desvelos.
Desde un palco elevado,
ella lo espera,
tal vez, algún día vuelva.
Sólo esperemos que no pase tanto tiempo por alguien que quizá nunca vuelva, ova a terminar como la loca del muelle de San Blas.
ResponderEliminarHermoso poema, amiga. La esperanza a veces hace que la espera valga la pena. Que tengas una buena semana. ¡Saludos!
Hola Nahuel, gracias por leer y comentar.
EliminarEs cierto, la espera vale la pena cuando se cumple como uno espera, o mejor.
Un saludo :)
Bonito poema. Sin embargo, "el que espera, desespera"
ResponderEliminarMuchas gracias Dolores por tu comentario y lectura.
EliminarUn saludo :)