Venían los barbaros. Estaban sobre las murallas, no
tardarían en irrumpir en la ciudadela.
Los plebeyos y los campesinos corrían por las calles del
reino buscando refugió.
Desde la torre del castillo el rey y su hija, la princesa
Amatista, observaban tristemente tal cruel espectáculo. En eso se les acerca la
vidente lanzando sus manos al aire exaltando mágicas palabras:
_ Una visión me ha revelado la destrucción del reino, no hay
escapatoria, las armas mortales no servirán contra los conquistadores, más un
arma inmortal si lo hará_
_ ¿De qué hablas anciana?_ Le pregunta el rey interesado por
su visión.
_ Mi visión me mostró la espada de la luz blandida por la
más poderosa de las guerreras_
_ La espada de la luz es una leyenda, no es real_ Le dijo el
rey decepcionado.
_ ¡Claro que es real!, no dudes de la visión de esta
anciana_
_ Entonces ¿Quién es la guerrera de la que hablas? _ Le
preguntó la princesa sintiendo curiosidad.
_ Eres tu mujer, ¡Eres tú!, te vi a ti sosteniendo entre tus
delicadas manos de mujer aquella celestial espada, y rechazaste con ella a
todos los barbaros que nos asedian_
_ Tus visiones te han fallado, mi hija no es una guerrera…_
_ Debería intentarlo_ Interrumpió la princesa Amatista a su
padre.
_ Podrías morir_ Se negó él.
_ De todas formas moriré, están cediendo las murallas, en
pocas horas tendremos al enemigo en nuestras calles_ Le rogaba su hija.
_ Tiene razón, esta es la única forma de evitarlo_ Decía la
vidente con su voz avejentada.
El rey dudó, pero al final desistió.
Le ordenó a una cuadrilla de ocho guardias que la
acompañasen y que en ningún momento la dejaran sola. Y si era necesario incluso
que den la vida por ella.
La vidente dijo que la espada de la luz no existía, si no que
se hacía. Se debe buscar la espada del primer emperador, y bañar sus filos con
la luz de la luna.
Se escabulleron por un pasadizo oculto en el castillo que
desembocaba en el cementerio de la ciudadela. Allí exhumaron los restos del
fundador del reino. Se sintieron sucios por mancillar la tumba del primer rey,
pero no tenían otra opción. La caída del reino se avecinaba.
Abrieron el féretro que ocultaba el cuerpo, y allí estaba,
el esqueleto que una vez fue cubierto de carne y piel, ahora muerto sostenía
entre sus manos una avejentada espada de doble filo.
Retiraron cuidadosamente la espada de su amo, y volviendo a
cerrar el ataúd echaron de nuevo la tierra que antes lo había ocultado en el
suelo.
Limpiaron el oxido símbolo de desuso y abandono, posteriormente
afilaron los lados de la hoja metálica. Solo ahora faltaba bañar la espada en
la luz de la luna.
Amatista fue escoltada por sus guardias hasta la laguna del
bosque, según se decía en aquella laguna descansaban las energías mágicas,
volviendo cualquier hechizo o conjuro realizable.
Se paró a orillas de las aguas y sosteniendo la espada con
sus dos manos extendió el filo hacía el cielo, apuntando hacía la faz de la
distante luna:
_ ¡Báñate en su luz avejentado metal!, ¡Toma de la señora
del cielo su poder y vuélvete inmortal!_ Así hablaba la princesa, esperó y nada
sucedió.
Afligida bajó los brazos preguntándose por qué no
funcionaba.
Uno de los guardias contemplaba la luna buscando comprender
como acabar el hechizo. También vió el reflejo del semblante lunar sobre las
tranquilas aguas de la laguna.
Pensó que tal vez esa era la solución:
_ La laguna parece atrapar la imagen de la luna, tal vez de
aquella imagen puedas robar la luz que necesitas_
La princesa escuchó sus palabras, y en ellas captó la lógica
del hechizo.
Se arrodilló sobre las piedras de la orilla y hundió la hoja
metálica sobre él agua.
Cuando la espada
penetró la imagen de la luna, sus filos se encendieron en una cegadora
luz azul.
La princesa retiró la espada de las aguas satisfecha por el
resultado, la espada no dejaba de fulgurar aquellos celestiales brillos.
Regresaron al castillo escurriéndose por la oscuridad del
bosque evitando ser sorprendidos por algún enemigo.
El rey se sorprendió cuando vió la espada, la creía un
cuento infantil, pero estaba allí ante sus ojos.
La princesa caminó hasta las murallas, y abrieron los
guardias la puerta para ella.
Cuando se apartaron entre si las hojas del umbral, los
barbaros, conquistadores, ansiosos por expandir su reino se rieron burlonamente
cuando vieron al frente del ejercito a una jovencita sosteniendo una espada:
_ ¿Eres tu pequeña la que lidera a los soldados?_ Decía el
cruel comandante de los barbaros.
Ella ignorando las burlas que recibía, habló proponiendo un
trato al comandante:
_ No dejemos que tantos hombres mueran en vano, con solo una
vida podemos disponer el destino de mi reino_
Los bárbaros rieron al escuchar sus palabras, y a esto el
comandante le respondió:
_ No quiero pelear con una niña en desventaja_
_ Puedo asegurarte que no la tendrás, ¿Qué o acaso temes de
mi?, ¡No te creí un cobarde!_
La sangre del comandante hirvió de rabia, una adolescente se
estaba burlando de él frente a todos sus hombres:
_ Por pena te hubiera perdonado la vida, pero veo que tu
boca irrespetuosa merece ser callada junto con tu ignorante temperamento_ Y
diciendo esto desenfundo su larga espada.
El comandante se arrojó impetuosamente contra la joven dando
un grito de guerra, creía muy fácil ganar esta batalla.
Pero la joven bloqueó el filo de la espada enemiga con la
espada propia.
Chocaron los metales largos minutos. Amatista esquivaba y
bloqueaba todos los ataques, pero no encontraba oportunidad para acometer a su
oponente.
El comandante de los conquistadores era muy fuerte, pero
ella era muy rápida, lo que le daba una pequeña ventaja, pero era inexperta y
le faltaba la resistencia de un guerrero. La princesa debía realizar mucho
esfuerzo para detener los ataques, lo que la fue agotando terriblemente.
El rey veía la pelea preocupado, intentó detenerla, pero su
hija se lo prohibió.
La joven inexperta sabía que si no encontraba una forma
rápida de herir a su contrincante ella caería ante el filo de la espada
enemiga, podía ver como el bárbaro la iba superando en la destreza en la que
ella primero dominó.
La princesa encontró un espacio, cuando el bárbaro estiró el
brazo para blandir la espada dejó al descubierto su costado, fue allí donde
Amatista hundió el filo de la espada de la luz.
Cuando el metal atravesó la carne, la herida y la sangre
derramada se inundó de aquel brilló azulado, explotando en una llama de fuego
celeste que carcomió todo el cuerpo del herido matándolo al instante.
La princesa retiró la furtiva espada del cuerpo del
comandante, ahora muerto.
Todos los barbaros sintieron miedo, aquella espada poderosa
había matado a su comandante de una forma inimaginable, aquella extraña magia
los estremeció terriblemente.
Amatista levantó victoriosa su espada y dando grandes voces
reprendió a los enemigos:
_ Si no marchan de inmediato, recibirán la misma suerte de
su comandante, ¡Esta ciudad está protegida por una fuerza superior a la de
ustedes!, sería muy torpe enfrentarla_ Y así dijo guardando la espada en el
interior de la funda.
Las líneas de los enemigos comenzaron a retroceder y se
perdieron en las profundidades del bosque. Y nunca más volvieron a querer
saquear aquella ciudad, por temor a la princesa Amatista y a su espada de la
luz.
Vaya que resultó ser brava Amatista. Je, je, je. Me encanta que la llamaras como la piedra preciosa. Eso significa que debe ser hermosa.
ResponderEliminarYo creía que ella no serviría para combatir y que la espada le daría todo su poder, aunque parece, a pesar de su inexperiencia, que tenías ganas combatir y demostró tener ciertas aptitudes (el saber que debía herir a su rival rápidamente antes de prolongar el combate habla de que tiene algún conocimiento, aunque eso sea simplemente sentido común). Seguro que ver a su pueblo sufrir le dio la determinación para luchar.
Muy bonito el cuento. ¡Saludos!
Gracias por seguir mi blog día a día...
ResponderEliminarMe alegro mucho que hayas interpretado todas las señales no explicitas que di con respecto a Amatista, ya que la verdad estoy innovando por que todos mis anteriores relatos son muy explicitos y no dejan nada a la interpretación del autor. Exeptuando los finales abiertos.
Un saludo..
Me gustó la historia, me mantuvo en suspenso desde el inicio hasta el final.
ResponderEliminarMe alegro muchisimo que le haya gustado mi historia.
EliminarUn saludo!
¿Has leído Memorias de Idhun, Cynthia? Creo que a ti te gustaría mucho: es una muy buena saga, y te lo dice alguien que no es amante, precisamente, de la fantasía. Besos y estupenda entrada. un abrazo y que tengas muy buen día. Por cierto, ¿te gusta leer? ¿Te gusta la literatura de Eduardo Mendoza? De ser así, te invito, si quieres, a que te pases por mi última entrada.
ResponderEliminarhttp://www.ourgodsaredead.blogspot.com.es/2015/03/la-ciudad-de-los-prodigios-un-retrato.html
Muchas gracias por comentar mi entrada. Me alegra mucho que te haya gustado mi cuento.
ResponderEliminarNunca había escuchado de esa saga, pero par4ece interesante, y si me encanta leer.
Pasare con mucho gusto por tu blog.
Un saludo!
Me gusta. Es toda una historia epica. Con un personaje femenino valiente.
ResponderEliminarGracias por leer y comentar.
EliminarMe alegra muchisimo que le haya gustado mi relato.
Un saludo!!
¡Genial relato! me apasiona la fantasía épica desde siempre y esta historia es brillante. Amatista es un personaje de los que te hacen vibrar de verdad :D
ResponderEliminar¡Un abrazo!
Me alegra mucho que te haya gustado mi historia. Y sobre todo el personaje. Amastita me fue una protagonista muy dificil de escribir. Por quería que evolucionara de personaje pacífico a uno guerrero.
EliminarDesde ya te agradezco por tu lectura y tu comentario.
UN SALUDO.
Un mágico cuento que narra una historia a contrarreloj. Emocionante lectura, intensa. Una joven princesa debe hacerse con una espada enterrado junto a su dueño, y luego convertirla en mágica de un modo que no tiene muy claro con el fina de vencer una batalla, la cual, palpita de fondo, a punto de ser perdida. Un cuento que te mantiene pegado a sus letras y que finalmente tiene un final feliz, pues gracias una chica sin malicia, buena, que jamás se había enfrentado a nadie en ninguna batalla, logra, gracias a la magia, derrotar al comandante de sus atacantes, y mantener la paz en su pueblo para siempre.
ResponderEliminarUn saludo.
Muchas gracias Ricardo por tu visita al blog.
EliminarMe alegro que te haya gusado mi cuento. Me gusto tu comentario y en la forma que analizaste el relato.
Te deseo una linda tarde. Un saludo!!