El vidente entró al oráculo. Al
traspasar el umbral sagrado pudo sentir de inmediato aquel éxtasis familiar.
Sus ojos se perdieron para entrar en un mundo paralelo y divino:
“Tierra oscura, manchada por la
sangre. Dos ejércitos. Y en lo alto al dios Ares reluciendo sus brillantes
grebas, envuelto sus hombros entre las hebras de las sedosas crines que botaban
en la cresta de un fulgurante yelmo dorado, alzaba su filosa espada hacía el
sur”
La visión era clara, una guerra
se avecinaba. Ares le había propiciado aquella imagen, por lo tanto contarían
con su apoyo en guerra. La espada hacía el sur simbolizaba de donde vendrían
los enemigos.
Antes de que el sol despertara en
su lecho y asomara su calcino rostro sobre el horizonte el rey espartano ya
había comunicado a sus súbditos de la guerra, “Ares los llama” Había dicho como
despedida en su discurso.
Deilós era un joven príncipe pero
cobarde, que en nada se parecía a su difunto padre, terror en las batallas.
Deilós al escuchar la noticia de guerra todo su cuerpo se agitó en un pávido
temblor. Todos los hombres debían enlistarse de inmediato para la batalla. Pero
él no se veía entusiasmado con aquella idea.
Le atemorizaba pelear en la
guerra de Ares, le atemorizaba morir en ella.
Haría lo que fuera para salvarse
de ir a luchar. Sería capaz de cometer una locura para salvar su pellejo de la
batalla.
“Los paralíticos no van a la
guerra” Se dijo sosteniendo una piedra entre sus manos.
Decidido y luego de haberlo
meditado detenidamente durante largas horas, supo que era lo correcto. Arrojó
con toda la fuerza que sus brazos poseían la piedra sobre su pie izquierdo.
Intentó no gritar pero fue el
peor dolor que había sentido en su vida. Pudo escuchar como el hueso de su
pierna se rompía en dos cual frágil era a la solides de una roca. Fue horrible,
pero necesario. Su pierna volvería a soldarse y seguiría vivo. “Vale la pena”
Se repitió reiteradas veces intentando soportar el dolor.
Cuando pasaron a comprobar su alistamiento
lo encontraron tendido en su lecho con su pie envuelto en gasas curativas:
― Mientras cazaba en el monte me
caí sobre unas rocas― Dijo señalando su pie inmovilizado.
Su rey le creyó, pero Ares no.
Sabía que era un embustero y que había rotó su propia pierna para salvarse de
la guerra.
Ares montó en su biga de oro
solidó y agitando el látigo de cuero los caballos negros emprendieron un camino
por el ancho cielo. Cabalgaron entre las nubes hasta llegar a la isla Ea:
Ares llamó gritando al aire
mientras encallaba las ruedas de la biga sobre la arena costera. Circe acudió a
su llamado de inmediato:
― Ares, homicida, aciago Ares,
¿Qué te complace visitarme?
― Ninfa virtuosa en las artes del
envenenamiento. Deliós, hijo de Gennaíos, el terror de las batallas, ha
deshonrado a su padre al desobedecer mi llamado a la guerra, necesitó de tus
artes para castigarlo por su desacato y cobardes engaños.
La ninfa lo escuchó, y le
prometió darle el castigo que se merecía.
Circe preparó un ungüento con las
raíces de unos hongos venenosos que crecían sobre la pared de su morada.
En la noche cuando todo el mundo
dormía, la ninfa se escabulló entre las calles y se encontró frente a Deliós
quien dormía plácidamente en su lecho. “Cobarde” gruñó entre dientes.
Con sus delicadas manos divinas,
Circe esparció el ungüento sobre el pie engazado del muchacho. Y se perdió
entre la noche sin ser vista por nadie.
Pasaron los meses y su pie no
curaba, producto del ungüento mágico de Circe. Ese fue su castigo. Debió
caminar el resto de sus días sostenido por un bastón. Su pie le impidió
trabajar. Terminó viviendo en la calle como un indigente comiendo de las migas
de los banquetes populares. Deliós supo sin que nadie le dijera que todo era
por culpa de haber deshonrado a su padre y desobedecido al dios de la guerra. Por
haber sido un cobarde y aun peor un embustero.
Vaya cobarde resultó ser Deliós. No es digno de ser un espartano. ¡Hay que matarlo! Je, je, je.
ResponderEliminarY yo esperaba que Ares iba a tomar una medida más drástica. Él es el dios de la guerra, pero de la parte brutal de la misma. La parte estratégica recae en su hermana Atenea. Pensaba que el Olímpico sería más brutal con su castigo, aunque fue más dañino con castigo prolongado como el que le dio a Deliós que uno rápido y brutal.
Me gustó mucho... aunque quiero matar a Deliós porque no es digno de ser un espartano. Je, je, je, je.
Que tengas una gran semana, compañera. ¡Saludos!
PD: Fíjate en esto: "― Ninfa virtuosa en las artes del envenenamiento. Delió, hijo de Gennaíos, el terror de las batallas, ha deshonrado..." Creo que te comiste la "s" en el nombre del maldito embustero, ji, ji. Aunque bien merecido lo tiene (lo odio un poquito, se nota ¿no? jue, je, je)
Cierto me comi la "s", ahora lo corrigo. Gracias.
EliminarMe alero que te haya gustado. Yo tambien pense que era un castigo poco violento por parte de Ares, pero decidi hacer que lleve su engaño de por vida, osea que su pierna nunca sanara, y como decis vos, me parecio incluso mucho peor.
Un saludo amigo :)
perdon corriJo!!! ajjajajaja que bruta, que verguenza!!!!!!!
EliminarJe, je, je. Tranquila, aunque parece que no te diste cuenta que te comiste otra letra en ese comentario, je, je, je. A ver si adivinas cuál es, je, je. No te preocupes, en los comentarios estás perdonada ;-)
EliminarTen una linda tarde. ¡Saludos!
Ares representaba la parte más brutal, Atenea era distinta, aunque tampoco convenía enojarla.
ResponderEliminarLos espartanos eran un tanto especiales, valientes y brutales. ¿Se puede culpar a alguien que le tocó ser espartano y ser cobarde? Es curioso que haya sobrevivido con la rigurosa que era la educación espartana. Tal vez sea que esa cobardía haya sido producto de la repulsión ante ese rigor.
Tiene sentido que Circe haya participado de esa venganza, habiendose enamorado de Ulises, que era valiente.
Te felicito por tu imaginación. Se nota tu aficción por los mitos.
Muchas gracias por leer y comentar.
EliminarEs cierto me encanta la mitología grecolatina desde muy pequeña.
Un saludo.
¡Hola, Cynthia! Me ha gustado mucho descubrir este relato tuyo, pues como a ti, me apasiona la mitología (en mi caso, la griega y la egipcia sobre todo). Se nota que tienes mucha imaginación, aunque esperaba un castigo mucho más brutal de parte de Ares. Sin embargo, esa lección me gustó (aunque creo que hubiera sido más propio de Atenea, por su sabiduría y estrategia), así aprende a no ser un embustero :P
ResponderEliminarY nada más. Bueno, tienes que mejorar algunas cosas, como palabras que escribes con 'z' cuando son con 's' (creo que con "gazas curativas" te refieres a "gasas curativas" ¿no? Si me equivo, da igual, no me hagas caso jaja). Deberías cuidarte de las faltas de signos de puntuación y las mayúsculas cuando no hay punto ni son nombres propios. En fin, cosas simples pero que hay que cuidar. Por lo demás, te repito que me ha gustado mucho tu relato: me ha transportado a esa época y a ese escenario :)
Muchas gracias por la visita a mi blog. Me alegro mucho que te haya gustado mi mito. Cierto, tengo muchos errores de puntuación, siempre intento mejorar. Me gusta recibir consejos o críticas para crecer como escritora.
EliminarHe mirado el diccionario y gaza se escribe con "s", gracias por hacermelo ver, ahora lo arreglo.
Un saludo :)
Muy buena historia, aunque esperaba que Ares, Dios de la guerra, conocido por sus horribles actos de venganza, tuviera hacia el cobarde ese un peor castigo. Me encantó en verdad.
ResponderEliminarMuchas gracias Raul por la visista a mi blog.
EliminarMe alegro que te haya gustado mi cuento.
Es cierto, Ares acostumbraba a castigar de forma más violenta, pero preferi darle un castigo durarero, de tortura prolongada.
Gracias por comentar.
UN SALUDO
Te devuelvo la visita (gracias por darte la paja de leer mi blog). Realmente me sorprendio lo mucho y bien que escribes, tienes una constancia, sensibilidad y don muy muy bueno. Amé tus cuentos y poemas, te comento este pq lo encontre muy "de mi estilo". Baje tu pdf a mi kindle para mañana leerlo. Realmente me inspiraste a retomar mi blog, que por paja deje de subir cosas. Saludos ;)
ResponderEliminarMe gusto saber que has retomado tu blog, esta bien darse un tiempo, pero nunca dejarse vencer.
EliminarMuchas gracias por tu visita. Un saludo