Los gritos cortaban la noche, una
noche que imperaba la luna llena.
Después
de luchar cuatro horas, nació su séptimo hijo.
El
padre acercó al niño de piel láctea a la ventana, para que la luz de la noche
lo bañara. Era un niño hermoso, de ojos grandes y pardos, que guardaban en su
interior una fuerza como ninguna.
El niño
creció como cualquier otro, trabajando en la caza de su padre, mientras su
madre enfermaba gravemente hasta la muerte.
Siete niños crecieron sin madre,
sólo al cuidado de un severo padre.
El séptimo hijo sobresalía a los
demás, era habilidoso y fuerte, podía trabajar la tierra sin agotarse, y cazar
la más grande de las presas. En la pubertad, no solo su cuerpo y mente se
desarrolló, había algo en su interior que también estaba madurando, esperando
el momento justo para hacerse presente en su huésped.
El día que cumplió sus veintiún
años, su naturaleza comenzó a tomar fuerza. Durante la noche, el muchacho se
removía en su cama violentamente, extraños sueños lo asechaban. El quinto hijo,
que dormía en la misma habitación, lo despertó.
― ¿Qué te sucede?
― No lo sé― Le respondió
limpiándose el sudor de su rostro con la manga del pijama ― Necesitó tomar
aire― Le dijo saliendo de la habitación en dirección a la puerta de la sala.
Cuando salió de su casa, sintió
como el aire frio del exterior se calaba en su piel, estaba temblando. La luna
llena se hizo presente en la inmensidad de la noche, antes oculta entre las
nubes, ahora estaba bañando con su luz lustrar los contornos de la tierra,
incluyendo la blanquecina piel del muchacho.
Su piel absorbió su magia, el
poder que la luna le otorgaba, sacando al exterior aquello que estuvo oculto
durante veintiún años. La piel de su cuerpo se comenzó a desprender, era
doloroso, el joven gritaba, viendo como una nueva piel se abría paso entre la
anterior, una piel gruesa y peluda, su mandíbula se ensanchó, sus colmillos se
estiraron, sus orejas se volvieron puntiagudas y atentas. En sus manos tenía
poderosas garras, destructivas.
Su garganta ardía, pedía algo a
cambio, el joven intentó resistirlo, pero no pudo, su instinto ganaba. Ensanchó
su garganta, dejando salir aquello que era demandado. Un poderoso aullido
irrumpió en la noche, despertando al resto de los hermanos y a su padre.
El hombre anciano, tomó entre sus
manos una vieja escopeta, la misma que usaba para cazar. Aquel extrañó gruñido
lo asustó, nunca había escuchado nada igual. Salió al exterior valientemente,
escoltado por sus hijos varones, mientras las mujeres se ocultaban en el
sótano, llorando y temblando de miedo.
El padre estaba preocupado, había
un hijo que no lo acompañaba, el séptimo estaba desaparecido. A unos metros de
la puerta de entrada, encontró el pijama de éste, hecho girones, como si alguna
bestia lo hubiera arrancado de su cuerpo con garras, violentamente. El anciano
lloró desconsoladamente mientras una grieta se abría en su corazón, lo creyó
muerto.
No sólo la noche acechaba al
padre y a sus hijos restantes, el anciano no podía verlo, pero percibía su
maligna presencia.
Los hijos se prepararon,
empuñaron sus armas, llevaban cuchillos, escopetas y pistolas. El anciano levantó
la escopeta, dispuesto a defender su familia, no dejaría que aquello, fuera lo
que fuera que estuviera allí afuera, matara a alguno más de sus hijos, los
defendería a muerte.
Las ramas de los arboles se
agitaban con ímpetu, algo se deslizaba entre ellas.
Una enorme bestia saltó de la
cima de un árbol, cayendo sobre sus dos musculosas patas caninas, era una
criatura alta y corpulenta, envuelta en un pelaje oscuro, era mitad lobo, mitad
hombre. El hombre lobo atacó a la familia repartiendo zarpazos entre ellos,
abriendo sus carnes y arrojando a los jóvenes por el aire, como si no pesaran
nada. El anciano se encontró con la bestia de frente, apuntó el cañón hacía el
pecho del animal salvaje, estaba decidido a acabar con su vida, vengando así la
muerte de su querido séptimo hijo.
El animal aulló salvajemente,
como cuando un león territorial intenta causar miedo a su presa, creyéndose el
dueño del lugar. El viejo se estremeció al escuchar aquel gruñido amenazante,
pero su corazón se partió cuando vió los ojos de la bestia, eran ojos pardos,
los conocía bien, era la mirada de su séptimo hijo. Sus fuerzas flaquearon, no
sabía cómo acabar con la vida de su hijo.
El hombre lobo arrinconó a su
padre contra la pared de su casa, allí le quitó la vida, se lanzó sobre él,
clavando sus profundas garras curvas sobre la tierna carne del anciano,
llevándose la sangre y la vida que lo había cuidado en su niñez. Era un
monstruo.
Luego fue por sus hermanos,
estaba decidido a matarlos a todos, pero la noche llegó a su fin, era tarde
para continuar con su sangrienta casería.
Cuando la nube que oscurecía su
mirada se disipó al ser bañada por la luz del mañanero sol, comprendió lo que
había hecho, había matado a su padre, y había estado dispuesto también a acabar
con la vida de cada uno de sus hermanos. Se halló desnudó, frente a sus
fraternales. Ellos lo miraron con miedo, como si su hermano fuera una bestia
asesina, de las más horrendas.
Nunca se sintió tan desesperado y
vacio, su corazón había perdido grosor, volviéndolo un infeliz de por vida,
tendría que vivir con las manos llenas de sangre por el resto de sus días, y
aun peor, con una maldición hasta el día de su muerte.
El séptimo hermano se escapó de
su casa, entró a las más oscuras profundidades del bosque, estaba dispuesto a
perderse en lo más espeso de la selva, donde le sería imposible volver a salir,
así ya no podría hacerle más daño a su familia, ni a nadie más que amara.
Un genial cuento inspirado en la leyenda del hombre lobo. Aunque en lo personal me agradan más les versiones originales, donde el maldito se convertía en un lobo o perro grande y no en un lobo antropomorfo como en la imagen. A pesar de que se vea intimidante y genial, creo que es una aberración al concepto original. Más allá de esto, el relato estuvo genial.
ResponderEliminarQue tengas una hermosa tarde. :-D ¡Saludos!
Hola Nahuel, me alegro que el cuento te haya gustado ( en parte jeje)
EliminarA mi me agradan ambas versiones, la que se convierte en lobo completamente y la que es medio mutante.
Un saludo :)
Holaa! Me gusta mucho tu blog y tu manera de escribir, te podrías pasar por el mío? Mifelicidadatucostado.blogspot. com
ResponderEliminarGracias por pasarte por mi blog, me alegro que te guste. :) Ahora mismo me paso por el tuyo.
EliminarUn cuento en el que la transformación queda escrita de modo genial, siendo el asesinato de su propio padre el desencadenante de que en ese bosque habite por largo tiempo un nuevo ser.
ResponderEliminar¡Enhorabuena, te sigo!
Muchas gracias por leer mi cuento, me alegro que te haya gustado.
EliminarBuen domingo.
hola cynthia me fascino tu entrada es bastante desgarradora la
ResponderEliminarhistoria
Muy cierto María, es una historia muy triste.
EliminarGracias por leer.
Un saludo.
Me gustó! es lo primero que leo, pero muy buen comienzo. Es una terrible tragedia pero la narración es muy buena para mi y también te traslada al momento, época o lugar de la historia. Saludos!
ResponderEliminarGracias Manuel por leer, me alegro que te haya gustado el cuento a pesar de ser una tragedia.
EliminarUn saludo
me gusto el cuento !!!
ResponderEliminarMe alegro que te haya gustado el cuento. Gracias por leer
Eliminar