Una
vez, en un tiempo que no recuerdo, existió un reino de caramelo. Las casas eran
construidas con ladrillos de chocolate, y sus techos eran adornados con azucarados
glaseados.
En
este reino vivía el Dulce Rey, que por desgracia el Doctor Chupetín cama le
mandó a guardar, se encontraba muy enfermo y con un fuerte dolor de cabeza.
Entonces el rey a su pequeña hija le dijo: “Princesa Golosina, hazte cargo del
reino, mientras yo esté enfermo”
En
el reino nadie lo sabía, pero muy caprichosa era aquella niña. Cuando el reino
estuvo en su poder, no hizo más que sus deseos y todos sus caprichos cumplir.
Hizo
que le cambiaran su vestido de gomitas por uno de pastel. Cien cocineras se
congregaron en la cocina real, ¡Todas un vestido a hornear! gritó la princesa
Golosina, para que en su dulce fiesta de cumpleaños pudiera estrenar. Diez
pisos tuvo su vestido de bizcochuelo, y, con vainilla y chocolate lo cubrieron
hasta el suelo, adornos no le faltaron, caramelos de frutilla y bombones de
dulce de leche la falda colmaron.
Algo
salió mal, el vestido era muy pretencioso, enorme y voluptuoso. Cuando la
Princesa Golosina intentó ponerse el vestido, le fue imposible caminar con él,
era muy grande para ella, y muy pesado también.
La
princesa Golosina culpó a las cocineras por arruinar su vestido. “Pero
princesa, horneamos el vestido como usted ordenó” le dijo una de las cocineras.
A la princesa no le importaron sus palabras, a todas las cocineras despidió, y
muy enojada esa noche durmió.
Un
sábado a la tarde, inauguró el “Dulce Baile”. El castillo se adornó con
cortinas de delicioso algodón de color.
Cuando
el Príncipe Alfajor, a la fiesta llegó, con su dulce amiga, la Princesa
Golosina, un vals bailó. Un baile romántico bailaron toda la noche y ella se
enamoró. Deseó un beso de él, esperó que después de la cena se lo dé.
Cuando
el reloj tocó la hora de la cena, todos los dulces invitados a la mesa se sentaron.
Esperaron y esperaron, pero nadie les trajo la comida. La Princesa muy enojada
se levantó de su silla y caminando hasta la cocina la encontró vacía. Entonces
recordó que ella había despedido a todas sus cocineras, no había cena para la
fiesta. Volvió rápido a la mesa, pero todos sus hambrientos invitados ya se
habían ido a sus casas en busca de algo de comer. La fiesta se había terminado,
y había sido un fracaso.
La
Princesa Golosina lloró, muy triste por todo lo ocurrido. Sus llantos a su
dulce padre despertaron. Este muy enfermo bajó de su cuarto, y acercándose a su
pequeña niña le preguntó: “Pequeña dulce, te veo muy triste, dime que te hace
llorar, así lo puedo solucionar”. La niña lo miró con sus ojos llenos de
lágrimas, tomó aire y le respondió: “La fiesta ha sido un desastre, todos los
invitados han escapado, como he despedido a todas mis cocineras, no tenía como
servirles la cena”.
El
Dulce Rey en un abrazo a su hija envolvió, y dándole palabras de aliento así le
habló: “Princesa Golosina, cuando tu padre una tarea importante te dé, no
intentes sacar provecho de ella, deja las pretensiones de lado y has lo mejor
que puedas”
La
princesa Golosina comprendió las palabras de su sabio padre, y nunca más
aprovechó las circunstancias para satisfacer sus caprichos. Pidió disculpas a
las cien dulces cocineras, las cuales muy felices le ofrecieron otra Dulce
Fiesta. El Príncipe Alfajor, a la fiesta también asistió, y muy feliz por la
deliciosa cena, a la Princesa un beso le dio de recompensa.
te estoy haciendo publicidad en tu entrada felicidades
ResponderEliminarMuchas gracias Ana
EliminarBonito cuento. Me parecieron agradables las rimas que hay esparcidas en él. Yo estaría un mes haciendo algo así no sería tan bueno. Jue, je, je.
ResponderEliminarSerá mejor que nunca vaya a ese reino o más de la mitad quedará arrasado... y tendré un terrible dolor de estómago y caries por doquier. Ja, ja, ja.
Aún me sigo tentando con el nombre del príncipe. El príncipe Alfajor. Jue, je, je, je. ¿Será el príncipe Jorgito o el príncipe Fantoche? Ja, ja, ja, ja, ja.
Que tengas un bonito fin de semana. Un abrazo. ¡Saludos!
jaja es un cuento muy infantil. Pero complejo por las rimas, me costa más que lo habitual escribirlo, jeje
EliminarSí, suena todo muy delicioso :P jeje
Gracias por leer.
Un saludo!!
Un cuento para niños y adultos muy golosos, y además tiene moraleja.
ResponderEliminarMe gustó .
Un saludo Cynthia.
Puri
Muchas gracias Dulcinea por leer, me alegro que te haya gustado.
EliminarSaludo.