Los pies de Selene descansaban sobre la brumosa espuma de
las olas que rompían sobre la arena.
Sus oscuros ojos se perdían al contemplar las olas que caían
para sumergirse y en su lugar nacían otras.
Siempre los mismos jóvenes intentaban domarlas y montarlas
con sus tablas de surf. Algunos más expertos que otros, pero siempre eran los
mismos jóvenes, amigos de ella.
Estaban Jame y Mika, que eran hermanos, ambos tenían las
cabezas doradas, piel bronceada y ojos brillantes. Jame era alto y poco
corpulento, Mika era de una altura pequeña, pero muy delgada. Ella era su mejor
amiga, ambas siempre se sentaban en la orilla de la playa viendo como su
hermano y los demás intentaban conquistar las olas.
En el grupo de amigos también estaba Grillo, un joven con el
cabello oscuro y ojos de un extraño verdes cuarzo con algunas débiles facciones
orientales desparramadas por su rostro, él era su vecino, aun que ella lo
consideraba su hermano. Lo conocía desde que tenía edad para que su memoria fuera
funcional. Grillo, Ese era su apodo, por que cuando era muy
pequeño tenía la mala costumbre de saltar en todo momento y lugar, era un niño
muy inquieto, aun que después de haber crecido y haber perdido la costumbre de
saltar se lo seguía llamando Grillo para recordarle lo travieso que era. Nunca
vió a Grillo más que como el hermano que nunca tuvo.
Pero esta vez no estaban ellos cuatro disfrutando de la
playa, había un joven más en el grupo. Tenía el cabello rubio oscuro, casi
castaño, ojos grandes y oscuros, un rostro encantador, una altura ideal, y un
cuerpo bien esculpido. La verdad una figura tan perfecta no podía escapar de la
mirada de Selene, intentaba disimularlo, pero cada vez que podía sus ojos
miraban en su dirección.
Mika que estaba sentada a su lado no paso desapercibida la
cara embobada de su amiga. Miraba a su primo como si fuera una golosina. No
dejaba de sonreírle de forma cómplice a su amiga. La cual al notarlo no podía
evitar ruborizarse.
El joven bien parecido era un primo que había venido de
Europa a visitar a Mika y Jame, pero no tardaría en volver a Italia al terminar
el verano. Su nombre era Tómas, Selene había agregado aquel nombre a la lista
de sus nombres favoritos.
Los chicos nadaron acercándose a la playa, en la orilla las
chicas habían armado lo que parecía ser un picnic, con un mantel tirado en el
suelo, jugos de frutas natural que habían preparado las chicas, algunas
golosinas, y piza fría.
Los muchachos se sentaron en torno al picnic para compartir
el festín con las chicas.
Toda la atención estaba centrada en Tómas, ya que con su
seductor acento italiano contaba anécdotas dignas de recordar en momentos como
aquel, que hacen que la risa involuntariamente provoque el llanto y dolor de
estomago.
En la playa, luego de un cálido saludo de despedida, se
separaron por un lado Tómas y sus primos, y por el otro, Selene y grillo.
El primer tramo del trayecto a sus casas estuvo reinando un silencio
incomodo, Grillo no era tonto, cuando su mejor amiga se enamoraba él era el
primero en darse cuenta, Grillo siempre que podía la aconsejaba, no quería que
le rompan el corazón. La protegía como a una hermana, ya que ambos eran hijos únicos:
_ Dentro de unas semanas se termina el verano_ Le decía
Grillo,
_Si, ya lo se_ Le respondía Selene evitando vergonzosamente
su mirada.
_ Y cuando eso pase, Tómas se ira, creo que no deberías
tomar muy enserio tus sentimientos hacía él_
_ ¿De qué estás hablando?, Ni siquiera lo conozco bien_
_ A mí no me engañas, eres muy propensa a tener platónicos y
sentimientos muy profundos por chicos que viste una sola vez_
_ ¡Eso es mentira!_ Desmintió Selene sintiendo un cosquilleo
de vergüenza subir por su garganta.
_ ¡¿No te acuerdas del pelirrojo del cine?!_ Le hacía
recordar.
_ Bueno, fue esa vez nomas_
_ Y él de la fila del súper, y el de… _
_ Bueno si, está bien, soy propensa a caer enamorada a
primera vista_ Lo interrumpió reconociendo sus enamoramientos precoces.
Se despidieron con un abrazo, y cada uno entró a su casa,
las cuales estaban pegadas.
Y así pasaron las semanas, yendo a la playa, al cine, se
juntaban en la casa de Mika y Jame a almorzar o cenar, salían a restoranes a
comer pizas, adoraban las pizas. Y durante esas semanas el amor de Selene
crecía al igual que su amistad con Tómas, pero no era más que eso, una amistad.
Una tarde el grupo de amigos se había encontrado en un
parque, sentados en el pasto disfrutaron de la compañía de los demás y de los
aperitivos que habían comprado minutos antes.
Al igual que las tardes anteriores, Tómas estaba brillante y
alegre, y los hacía reír con sus comentarios, era un joven inteligente de
apenas dieciocho años, Selene tenía dieciséis al igual que Grillo y Jame, menos
Mika que iba a un curso menos, ella tenía quince.
Estuvieron jugando al voleibol, Grillo había traído la
pelota desde su casa, y la habían aprovechado toda la tarde. La primera en cansarse
fue Mika, se apartó de la zona de juego y se sentó donde estaba el picnic
mientras miraba el final del juego, a los minutos Selene la acompañó, estaba
muy agotada, era muy difícil competir contra tres muchachos muy altos y atléticos.
Mika le contaba el último chisme que se había enterado, pero
Selene no podía escucharla, su mirada se perdía al ver como Tómas sobresaltaba
en la jugada de voleibol, parecía casi un profesional jugando, o por lo menos a
ella le parecía uno.
Mika no tardó mucho en darse cuenta que Selene no estaba siguiendo
su conversación, tenía la mente y los ojos ocupados en otra cosa más
interesante.
Cuando Selene en medio de su contemplación intercambio una
mirada con Mika, ella le giño un ojo y le dijo bajando la voz de forma
confidencial:
_ Veo que todo este tiempo le estuve hablando al oxigeno y a
las plantas_ Rió perversamente y le dijo _ ¿Tengo que llamarte primita para que
me prestes atención?_
Selene intentó evitar los ojos de Mika por el resto del día,
sentía mucha vergüenza, la había llamado “primita”, parecía ser obvio que se
había enamorado perdidamente de Tómas, solo esperaba que no sea tan obvio como
para que el mismo Tómas lo notara, en ese caso no podría soportar más vergüenza.
No tardó mucho el anochecer en bañar el horizonte y caer
sobre ellos para anunciarles el transcurso del tiempo.
Fue cuando decidió Tómas darles una noticia que lo entristecía:
_ Lo he pasado muy bien con ustedes, siempre recordare este
verano_ Decía mientras dejaba escabullir entre sus palabras el tono de la característica
Italia _ Los voy a extrañar mucho, Selene, Grillo, los considero mis amigos,
espero volver a verlos en algún momento_ Tómas respiró hondo y les dijo _
Mañana regreso a Italia, mi familia y las clases me esperan_
¿Tan rápido había pasado el verano? Selene no lo podía
creer, intentó ocultar su tristeza lo mejor que pudo.
Los cinco se dieron un largo abrazo, se desearon mucha
suerte en la vida, y prometieron no perder contacto, se mandarían cartas,
deseaban en algún momento volverse encontrar los cinco, seguramente dentro de
unos años.
Esa noche Selene no pudo dormir.
Su mente paseó por decenas de distintos pensamientos,
recordaba la conversación que tuvo con Grillo, él siempre la aconsejaba para
bien, pero tenía un orgullo que le impedía reconocer sus errores o aceptar sus
consejos. Y ahora estaba sintiendo como su corazón se partía en dos por ser una
tonta y enamorarse de quien no debía. Pero donde más descansaban sus
pensamientos eran en aquel atractivo italiano, recordó sus profundos ojos, su
bronceada piel, como bailaba su cabello cuando era atrapado por el viento que producían
las corrientes marinas. Estaba profundamente enamorada de él, no podía evitarlo
ni negarlo más.
Pasó varias horas dando vuelta en su cama a intervalos
mientras espiaba el reloj, eran las dos de la mañana, hacía tres horas que estaba
en esa situación de insomnio.
Al final se decidió por salir de la cama, se vistió con un
vestido verde y se precipitó a salir de su casa. Daría un paseo por la playa
para aclarar su mente.
Mientras caminaba en la playa, pensó que estaría sola, pero
sus ojos encontraron compañía, había alguien sentado en la arena, mirando hacia
las olas que rompían.
Selene lo pensó un momento, y luego se acercó a él:
_ ¿Qué haces aquí?, mañana tienes que levantarte temprano
para tomar tu vuelo a Italia_
_ Selene, hola, yo…_ Tómas la miró entristecido _ No podía
dormir_
Selene se sentó a su lado:
_ ¿Estás preocupado?_
_ Me acostumbre a la amistad de ustedes, la verdad los
aprecio mucho, y pensar que no nos podemos volver a ver nunca más en la vida es
muy frustrante_
_ Vas a seguir en contacto con nosotros, te enviaremos
cartas, sé que no es lo mismo pero…_ Selene se calló, ¿A quien quería engañar?,
la promesa de una amistad por cartas no era para nada consoladora en estos
momentos.
_ Si lo sé, tampoco hay nada que se pueda hacer, debemos
volver a nuestras vidas_ Dijo volviendo la vista al mar.
Selene sintió que su pecho se consumía, percibía como una
bola de lagrimas comenzaba a hacerse presente en su garganta para salir, pero
ella no le dio lugar, se tragó la bola de lagrimas de regreso y aclarándose la
voz le dijo algo que estuvo pensando toda la noche, si se confesaba ahora no
perdería nada, mañana Tómas volvería a Italia y no lo volvería a ver, necesitaba
sacarse un gran peso de encima:
_ No sé si es el mejor momento para esto, pero hay algo que
debo decirte_ Cuando Tómas escucho estas palabras desvió la vista de las olas y
se concentró en Selene, ella tomó coraje de donde pudo y le confesó _ Este
verano he caído enamorada de ti, profunda, locamente enamorada, y creó que es
un sentimiento muy fuerte que sufriré durante un largo tiempo después que te vayas_
En ese instante luego de soltar aquellas palabras las mejillas de Selene se tiñeron
de rojo, últimamente parecía ser propensa al rubor.
Tómas le dio una pequeña sonrisa cariñosa seguida de un
inesperado beso, un sabroso y tierno beso sobre sus suaves labios de mujer.
Cuando Tómas se alejó del beso le dijo seriamente:
_ No voy a mentirte, yo también siento cosas por ti, pero no
he actuado por la misma razón que dentro de unas horas estaré volando de vuelta
a Europa, no quería crear nada entre nosotros que se pudiera destruir tan fácilmente_
Selene estaba conteniendo las lágrimas como podía.
Tómas tomó algo entre sus manos y se lo acercó a su
acompañante, ella lo observó incrédula.
Eran dos rocas.
_ Las encontré ayer en el agua, y pensé en ti, son la misma
roca que se partió, y si las unes…_ Tómas frente a su vista juntaba las dos
rocas hasta que encajaban de forma perfecta, en verdad no eran dos rocas era
una que estaba partida, y misteriosamente al unir los dos fragmentos la roca
revelaba su verdadera forma, un corazón.
_ ¿Tú encontraste una roca con forma de corazón? _ Le
preguntó Selene muy extrañada, la roca no parecía de utilería, y no lo era, era
una solida roca de verdad.
_ Yo también quede igual de conmocionado cuando le encontré,
es muy extraña su forma_ Le dijo el muchacho _ Conserva una mitad, prometo dentro
de unos años volver, cuando antes pueda lo hare, primero debemos terminar la
escuela y todo eso_
_ ¿La roca es mi garantía?_ Dijo Selene riéndose.
_ No, es un recordatorio de que en algún momento del verano
sentimos algo el uno por el otro_ Le dijo volviéndola a besar, un beso que
Selene nunca pudo olvidar aun que pasaran los años.
El tiempo transcurrió a su antojo, Tómas volvió a Italia y
no se volvieron a ver, solo se comunicaban por cartas una vez por mes.
Pasaron los años, terminaron el secundario, ella comenzó a
estudiar en la universidad de la ciudad. Mika y Jame iban a la misma
universidad que ella, en cambio Grillo se había mudado a una ciudad vecina por
sus estudios pero se veían seguido.
Habían pasado cuatro años, Selene tenía los veinte recién cumplidos.
Una mañana, Selene se encontraba sentada en el sillón del
living mientras leía un libro y marcaba en él con un resaltador rosado, estaba
segura que eso entraría en el examen.
Sintió que tocaron a la puerta. Cerró el libro y se encaminó
hacia la entrada.
Cuando abrió la puerta se encontró con un pequeño regalo en
la alfombra, abrió curiosamente la caja y se encontró con algo que no esperaba.
Era algo que hacía cuatro años que sus ojos habían visto por última vez, era
una mitad de roca, cuya roca se complementaba con una que tenía guardada en su
mesita de noche.
Salió a la calle y miró hacia todas las direcciones buscándolo,
sus ojos no tardaron en encontrarlo.
Tómas estaba apoyado sobre el poste de luz de la esquina,
ella corrió los metros que los separaban y se unieron en un tierno abrazo.
Su corazón palpitaba descontrolado, la emoción la abrumó por
completo. Después de cuatro años lo volvía a ver.
Era un poco distinto a como lo recordaba, era un poco más
alto, las facciones juveniles de un chico de dieciséis habían desaparecido, y en
su lugar habían facciones masculinas de un muchacho de veintidós años. Estaba
más atractivo a como lo recordaba, había soñado tantas noches con este
encuentro, pero su imaginación no pudo retratar un mejor momento que este, la
realidad le era más perfecta, había cumplido su promesa.
Hermosa historia... :)
ResponderEliminarMuchas gracias por visitar mi blog, me alegro mucho que le haya gustado mi historia. SALUDO
EliminarBonita historia para este día. El estilo me ha resultado parecido al mío. Saludos.
ResponderEliminarMuchas gracias por leer mi historia y por comentar. SALUDO
EliminarUn relato romántico bien contado en el mes del amor , un abrazo Cynthia.
ResponderEliminarMuchas gracias por comentar, me alegro mucho que le haya gustado el relato.
EliminarMe ha encantado conocerte a través de tus letras: relatos llenos de encanto e imaginación, así que he decidido quedarme por aquí para seguir leyéndote siempre que pueda.
ResponderEliminarAlgo definitivo para entrar a tu blog ha sido el eslogan con el que me he encontrado al abrir tu solicitud de amistad: Soy feliz con solo un bolígrafo y un papel en el que escribir...
Pues sigue en ello, que vas por buen camino.
Un beso
Muchisimas gracias por visitar mi blog y comentar. Siempre es una alegria leer comentarios como este. Sera un gusto tenerla como amiga. SALUDOS
EliminarBuena historia Cynthia, muy creativa.
ResponderEliminarFelicitaciones
Gracias por leer y comentar. Me alegro que le haya gustado.
EliminarUn saludo!!!
Un desencuentro y un sorpresivo encuentro.
ResponderEliminarCon un título que pudo haber engañado, a suponer a alguien poco sensible emocionalmente, usualmente se suele usar la expresión corazón de piedra como una metáfora de eso. Pero en su lugar fue un fuerte recuerdo.
Curiosamente, algo parecido pasó en un capítulo de los más nuevos y menos logrados de Los Simpons, donde se cuenta que Homero y Marge se habían conocido antes, pero que algo los había separado. Y que de ese entonces cada uno conservaba la mitad de un corazón tallado.
Gracias por leer y comentar. Me alegro que le haya gustado mi cuento.
EliminarEs cierto el título puede hacernos pensar que el cuento posee otro estilo de temática.
He visto ese episodio de los Simpson. Es cierto ellos conservan tambien la piedra partida.
Un saludo.! Gracias por su visita al blog..
Un precioso relato, cargado de mucho sentimiento, muy bien narrado :)
ResponderEliminar¡¡Un abrazo!!
Muchas gracias por tu comentario.
EliminarMe alegro que te haya gustado.
Un saludo